Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Propuesta de reformas en Bélgica para reducir las pérdidas de SNCB

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El año pasado, las deudas acumuladas del grupo se elevaron a tres mil millones de euros

En un intento de abordar las crecientes deudas y pérdidas de explotación de la compañía ferroviaria nacional, el ministro de Empresas Públicas de Bélgica, Paul Magnette, ha anunciado propuestas para eliminar el holding SNCB y dividir el negocio en dos compañías independientes, formadas por la empresa operadora SNCB y el gestor de la infraestructura, Infrabel.


Propuesta de reformas en Bélgica para reducir las pérdidas de SNCB
 
Un tren TGV y un Thalys comparten andén en la estación Sur de Bruselas.
 
 

(26/06/2012) El año pasado, las deudas acumuladas del grupo alcanzaron los tres mil millones de euros. A su vez, la división de mercancías, B-Logistics registró unas pérdidas de 185 millones de euros. Según Magnette, se prevé que las pérdidas anuales superen los cuatrocientos millones de euros si no se acomete ninguna reforma.

En virtud de las propuestas desarrolladas inicialmente por la antecesora de Magnette, Inge Vervotte, se suprimiría el grupo holding, y todas las unidades de viajeros y de mercancías, incluido mantenimiento de material rodante, se integrarían en SNCB.

Propiedad estatal

Infrabel asumiría la responsabilidad de gestión de las estaciones, y la nueva unidad “Servicios Ferroviarios Compartidos”, de la que son titulares al cincuenta por ciento SNCB e Infrabel, proporcionarían el personal y funciones de apoyo financiero de las que ahora se encarga el holding SNCB.

En virtud del nuevo régimen, SNCB sería propiedad directa del Estado, en lugar del grupo holding. Infrabel también se convertiría en una empresa propiedad al cien por cien del Estado. El Ministerio de Transportes sería responsable de los temas de seguridad y permisos de circulación, al tiempo que se crearía un regulador independiente para supervisar toda la estructura.

Las propuestas de Magnette han sido bien recibidas por el vicepresidente de la Comisión Europea, Siim Kallas. Sin embargo, los sindicatos han manifestado su oposición, y aún no está claro si el Parlamento belga apoyará el plan.