(23/05/2011) A partir del pasado cuatro de mayo, las cartas que circulan por Costa Rica tienen sabor a tren y, particularmente, muchas de ellas a tren español. La recuperación de los servicios de viajeros en este país se ha producido a partir del año 2009. Y buena parte del éxito de esta reapertura ha sido debida a la incorporación a la flota de Incofer, la empresa ferroviaria estatal costarricense, de los trenes Apolo que en número de cinco han sido vendidos por Feve.

Para festejar este evento Correos de Costa Rica ha emitido una tira de cuatro sellos dedicados al ferrocarril, tanto en sus elementos del pasado más remoto hasta de última vanguardia. Han sido emitidos 30.000 ejemplares de esta tira, es decir, un total de 120.000 sellos, con un valor facial de doscientos colones, unos veintiocho céntimos de euro. Los sellos, diseñados por Cristian Ramírez Vargas, tienen un tamaño de 50 x 30 milímetros, han sido impresos en Offset por cuatricomía y las fotografías han sido intervenidas digitalmente.

Los sellos reproducen cuatro motivos. En primer lugar una locomotora de de vapor de fabricación inglesa de 1889, la “María Cecilia”, que tomó ese nombre del ingeniero constructor del Ferrocarril al Pacífico. La segunda es una locomotora eléctrica alemana de la casa AEG, construida en el año 1926. Tanto esta locomotora como la de vapor son elementos del pasado ferroviario costarricense. En tercer lugar, y dando entrada al material actualmente en servicio, se representa una locomotora diesel eléctrica del modelo GE 11B construida en el año 1979 y que tracciona parte de los trenes de viajeros actuales. Finalmente el cuarto sello reproduce la imagen de un automotor Apolo, concretamente la unidad 2460, ya con los colores de Incofer, el tren estrella de la recuperación del ferrocarril en Costa Rica.