Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Portugal anula el concurso del tramo Poceirao-Lisboa que incluye la tercera travesía del Tajo

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Último tramo portugués de la línea de alta velocidad Madrid-Lisboa

El Gobierno Portugués ha anunciado la anulación del concurso para adjudicar la construcción y explotación del último tramo de la línea de alta velocidad Madrid-Lisboa que incluye la tercera travesía del Tajo con un puente mixto ferrocarril-carretera.


Portugal anula el concurso del tramo Poceirao-Lisboa que incluye la tercera travesía del Tajo
 
 
 

(19/05/2010) Para este último tramo, que no se encontraba en la lista de las infraestructuras portuguesas sacrificadas con las medidas de austeridad aplicadas en Portugal, se anunció primero una revisión el mismo día que se firmaba el contrato de concesión del primer tramo de la línea, Poceirao Caia (enlace a notica de alta velocidad de 19/04/10).

Finalmente, según informa el diario lisboeta Publico, el secretario de estado de Transportes, anunció la anulación del concurso -en el que el consorcio Tave Tejo, liderado por la española FCC figuraba con muchas opciones- y el lanzamiento de uno nuevo en un plazo máximo de seis meses.

Siempre según Publico, entre las ofertas presentadas en septiembre la de Tave Tejo presentaba la propuesta financiera más ventajosa, 1.870 millones de euros, frente a los 2.190 de la propuesta del consorcio Alta Vía, liderado por Mota Engil, y los 2.310 de Elos, encabezado por Soares da Costa.

Argumentos

Aunque oficialmente no hay notificación, siete meses después de la presentación de las ofertas, parece que el argumento esgrimido para la anulación por el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones portugués se centrará en el cambio de las condiciones técnicas y financieras existentes en el momento de la convocatoria del concurso.

Además, el retraso podría permitir según fuentes gubernamentales portuguesas aumentar la financiación comunitaria de la infraestructura, aprovechando los fondos europeos destinados inicialmente a los proyectos de las líneas Lisboa-Oporto y Oporto-Vigo, cuyo retraso implicaría su pérdida.

Así el Ministerio portugués calcula que de los actuales 170 millones de euros financiación comunitaria para la tercera travesía se podría pasar a los quinientos y que el nuevo concurso que podría lanzarse, antes de seis meses, con nuevas especificaciones técnicas que abaratarían la obra y reducirían su impacto en las cuentas públicas portuguesas.

Retraso

El primer ministro portugués José Sócrates, durante una conferencia del Foro ABC celebrada en Madrid el pasado lunes día 17, aseguró que la línea Madrid-Lisboa se inaugurará según lo previsto en 2013.

Sin embargo, en Portugal se da por descontado que el retraso provocará que a la hora de inaugurar la línea en ese año, el tramo portugués sólo tendrá en servicio los 165 kilómetros que separan la frontera española con Poceirao. Además, se observan con interés el destino que puedean tener los recortes presupestarios en España.

Rave, el gestor portugués de infraestructuras estudia ya soluciones para cubrir el último tramo sin penalizar excesivamente la previsión de dos horas y 45 minutos de viaje entre Madrid y la estación de Oriente, en Lisboa.

Una terminal provisional en Poceirao con transbordo a trenes convencionales de los Ferrocarriles Portugueses (CP), o en autocares serían soluciones baratas pero poco atractivas para los viajeros al penalizar excesivamente el tiempo de viaje, el confort del servicio y las expectativas económicas de los operadores.

Otra posibilidad sería el transbordo más cerca de Lisboa, con una prolongación de la línea de alta velocidad desde Poceirao hasta Pinhal, donde se podría enlazar con la red de trenes suburbanos –poco atractivos para un viajero de alta velocidad- hacia Setúbal, Barreiro y Lisboa.

Ancho variable 

Así las cosas, la solución más eficaz sería la de los trenes de ancho variable, que necesitarían de un cambiador de ancho en Poceirao, con lo que el operador del servicio, previsiblemente una empresa mixta entre Renfe y CP podría ofrecer tiempos de viaje en el entorno de las tres horas y cuarto.

Quizá el mayor problema para aceptar esta solución sea la saturación de las líneas convencionales que atraviesan el puente 25 de Abril que se encuentra cerca del límite de capacidad de circulaciones, con las de cercanías de Fertagus y las de largo recorrido que unen Lisboa y el sur del país.