Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Balance positivo del Tren de la Navidad de Madrid

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Unos 4.200 viajeros descubrieron el nuevo itinerario de este clásico de las navidades madrileñas

El Tren de la Navidad de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha cubierto una nueva temporada cargada de novedades, básicamente de itinerario y composición. Este año recuperó como titular la locomotora histórica 289-015 y descubrió una ruta de ida y vuelta con origen en Príncipe Pío y surcando el Madrid más verde, con una ocupación media del 96 por ciento.


Balance positivo del Tren de la Navidad de Madrid
 
El Tren de la Navidad con la 289-015 en la zona de El Barrial. Foto Javi_Madrid
 
 

(11/01/2016) Han sido en torno a 4.200 los viajeros que han abarrotado las dieciocho circulaciones del Tren de la Navidad que la Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha puesto en la vía para dar servicio a los usuarios que gustan de esta experiencia ya clásica en el calendario navideño madrileño. Todos los trenes han ido prácticamente llenos, con una ocupación media del 96 por ciento.

Este año, la organización del tren asumió algunos relevantes cambios. Por un lado, y el más importante: el itinerario. La ruta partió la terminal de Príncipe Pío. Para ello Cercanías Renfe reservó para la subida y bajada de viajeros la vía 7, una vía reservada habitualmente para estacionamiento de unidades y que se convirtió en el acceso para los viajeros del Tren de la Navidad.

Así, no tendrían que compartir los andenes de paso de las líneas regulares, pudiendo hacer las operaciones de subida y bajada de los trenes con la calma precisa para un servicio de estas características. Allí se pudo habilitar un punto de control específico y un “aparcamiento” para carritos de niños y bebés, que quedaron bajo la custodia del personal del tren y dejaban sitio a bordo de los coches para viajeros, actores y sus majestades de Oriente.

El itinerario, frente a la ruta de otros años, no pasaba por zonas industriales ni estaciones de mercancías donde se realizaban largas maniobras, sino que discurría por el Madrid más “verde”. Tras cruzar el Manzanares sobre el Puente de los Franceses, los trenes cruzaban el gran parque forestal madrileño de la Casa de Campo, hasta llegar a Aravaca. Desde allí se proseguia hasta Las Rozas por una zona de escasa densidad urbana y numerosas zonas boscosas.

En Las Rozas los trenes tomaban el baipás de El Tejar para enfilar la parta más atractiva de la ruta: la travesía del Monte del Pardo, un espacio natural protegido de alto valor y gran belleza paisajística. Manadas de cérvidos pastaban siempre junto a las vías, y su visión se convirtió en un aliciente adicional para los viajeros, especialmente los más pequeños.

 

El tren cruzando el Viaducto de El Pardo. Foto Felipe Montero

Tras cruzar de nuevo el Manzanares por el alto Viaducto del Pardo, una remontada y un corto túnel situaban al tren en la estación de Pitis. Allí, tras una breve parada para encajar la marcha  en un hueco entre las circulaciones regulares, el tren iniciaba el retorno hacia Príncipe Pío, donde rendía viaje una hora y media después de la partida.

El tren contaba con doble tracción, cabeza-cola, no tanto por el tonelaje de la composición sino, sobre todo, por la facilidad de la operativa en las reversiones del tren, que con lo apurado de los surcos concedidos hacían necesarias las dos máquinas. Por otro lado, dos locomotoras aumentan sensiblemente la fiabilidad del tren, pero esta contingencia de incapacidad de tracción no llegó a darse.

Hasta tres viajes por día se realizaron los dos fines de semana del periodo navideño, a las 10, 11:30 y 13:40.  El día 5, día estelar por la presencia a bordo de los Reyes Magos, se redujeron a dos las circulaciones.

Novedades en la composición del tren

La composición fue también otra de las novedades de este año. Si bien los coches costa del Museo del Ferrocarril son los mismos que otros años, la novedad vino de la tracción. Por un lado se contó, tras un parón de un par de años, de nuevo con la restaurada locomotora histórica 289-015.

Precisamente debido a este largo parón, no se pudo tener dispuesta la máquina para el primer fin de semana por una serie de desajustes sobrevenidos, por lo cual, con la generosa colaboración de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid se pudo contar con la locomotora histórica (pero de formas más que vanguardistas incluso ahora) 269-604, conocida entre los aficionados ferroviarios como la “Gata”.

El segundo fin de semana y el último día de viajes si que pudo estar al frente la japonesa 289-015, cuya cabina fue un punto de visita para decenas de niños, y mayores, al término de cada viaje. El refuerzo de tracción correspondió durante todos los viajes a una locomotora 252 del parque de Viajeros de Renfe.  También como novedad citar que el día 5, día de la víspera de los Reyes Magos en los que el tren llevó a tan magnos personajes, la composición del tren dejó su habitual y sobrio furgón tipo “J” cambiándolo por un lujoso coche-restaurante serie 12000 de la colección del museo, el cual fue utilizado como base logística de los Reyes Magos, sus pajes y los actores del grupo de animación.

El éxito de este tren ha sido fruto de la colaboración de los equipos de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (de las gerencias de Patrimonio Histórico y Museo del Ferrocarril) con la colaboración de Viajeros Renfe, especialmente Cercanías Madrid, Adif, la seguridad de Renfe de Príncipe Pío y la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid, sin olvidar el crucial papel de Renfe Integria para tener al punto el material de tracción, con la colaboración de los voluntarios de la AAFM.  El éxito de este año ha supuesto un precedente para futuras operaciones de trenes históricos y turísticos en la Comunidad de Madrid.

La estación de Príncipe Pio fue el punto de partida del Tren de la Navidad.