Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Raúl González, <em>in memoriam </em>

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Jefe de la Biblioteca del Museo del Ferrocarril de Madrid

El pasado 27 de agosto falleció, a los cincuenta años de edad, Raúl González Sanz, documentalista, jefe de la Biblioteca del Museo del Ferrocarril de Madrid  y colaborador habitual de Vía Libre en su sección de Libros. Raul falleció repentinamente en la playa lucense de Las Catedrales, dejando en el Museo de Delicias y en el mundo de la investigación ferroviaria, del que fue el mejor aliado desde la Biblioteca Ferroviaria, un hueco muy difícil de cubrir.


Raúl González, <em>in memoriam </em>
 
 
 

(08/09/2020)  

Especializado en estudios de biblioteconomía y documentación, obtuvo el Grado de Documentación en la Universidad Complutense, formación académica complementada con diferentes cursos y sesiones de especialización en Ciencias de la Documentación.

Su experiencia profesional se inició en 1991 como auxiliar de biblioteca en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, en la que actualmente ocupaba el cargo de Jefe de la Biblioteca Ferroviaria en el Museo del Ferrocarril de Madrid. Su labor continua en la gestión de la información histórica y técnica del sector ferroviario le convirtió en un especialista en el conocimiento de este campo, y le llevó a participar en diferentes jornadas, seminarios y publicaciones para difundir la documentación ferroviaria.

Raúl era un convencido de la función social de la biblioteca, entendida como un servicio público para el desarrollo cultural de la ciudadanía y, especialmente, para los sectores más desfavorecidos de la población, lo que le llevo a colaborar en diversos proyectos de bibliotecas, tanto en su ciudad, Alcalá de Henares, como en otros países, en los que participó en proyectos para sectores desfavorecidos.

Pero, Raúl González Sanz fue también un hombre generoso y comprometido, que, desde la militancia política y social, trabajó por la justicia social, la ecología y, sobre todo, por mejorar la vida de sus convecinos de Alcalá de Henares. Su agudo sentido del humor y su amplia cultura, fruto del amor por la lectura, hacían que una charla con él fuera una fuente de placer y de continuo aprendizaje.

Como le recuerdan sus compañeros de la asociación Agua de Mayo, parafraseando a Benedetti, era de esos pequeños corazones que trabajan por la justicia, miran y siembran futuro, gritan rebeldía, lloran por el mundo. Por eso son muchos los que, en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. en su Museo de Delicias, o en Alcalá de Henares, lloran su temprana pérdida que nos ha privado de un gran bibliotecario y de un hombre generoso.