Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com La estación Rossio de Lisboa celebra su 130 aniversario

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Abierta en 1890 con vocación de convertirse en la puerta ferroviaria de Europa ala Atlántico

El 11 de junio de 1890, se inauguró oficialmente la estación Rossio de Lisboa para convertirse en la gran estación de ferrocarril de la capital de Portugal y en la entrada atlántica al continente. El conjunto arquitectónico está clasificado como edificio de interés público, por la Dirección General de Patrimonio Cultural, DGPC, desde la década de 1970. 


La estación Rossio de Lisboa celebra su 130 aniversario
 
 
 

(15/06/2020)  

De inspiración manuelina, la singular estación del Rossio fue construida en las últimas décadas del siglo XIX incluyendo el edificio de pasajeros, el hotel Avenida Palace, inaugurado en 1892; el gran techo de hierro, obra de Gustave Eiffel, en el área del andén; el túnel de 2.610 metros de longitud que conecta la Estación Campolide, Largo Duque de Cadaval y Rua Nova y un conjunto de rampas diseñadas para permitir el acceso al área de embarque porque los andenes están construidos en altura a causa de la orografía del terreno.

La construcción de la estación nació del deseo de equipar a la capital con una gran estación central de ferrocarril y hacer de Lisboa la puerta atlántica de Europa. Para ello, se eligió el área de Rossio, que a mediados del siglo XIX, constituía, con la Praça do Comércio, el centro económico y político la ciudad.

Arquitectura

La Compañía Real de Ferrocarriles encargó la obra al arquitecto José Luis Monteiro (Lisboa, 1848 - Lisboa, 1942) cuyo buen hacer. se revela en la forma en que diseña la inserción de la estación en el entorno urbano, resolviendo, a través del edificio, el desnivel entre el andén y la Praça Luis de Camões, actualmente Largo do Regedor. 

La singularidad de este conjunto también reside en el diseño de las fachadas, donde se combinan elementos propios del estilo manuelino, como flores, pináculos, plataformas de encaje rematando fachadas, esferas armilares y estatuas como la del rey Don Sebastião; con el simbolismo ferroviario que ofrecen el reloj, los medallones con las efigies de Stephenson, Fontes Pereira de Melo y el rey Don Luís, en una composición ecléctica de piedra, hierro y vidrio. En 1991, se completó la conexión entre la estación ferroviaria y la de metro de Restauradores.