(06/04/2010) Según el director de Líneas de Alta Velocidad, Denis Muratov, la línea Moscú-San Petersburgo, de 660 kilómetros de longitud, se diseñaría para una explotación de hasta 400 km/h. Incorporaría más de 250 importantes estructuras, incluidos túneles, puentes y viaductos.

Los Ferrocarriles Rusos (RZD) esperan ofrecer un tiempo de viaje entre las dos ciudades de dos horas y treinta minutos, frente a las tres horas y 45 que actualmente logran los trenes Sapsan circulando a una velocidad de hasta 250 km/h en la línea existente.

Recuperación de la inversión

El presidente de RZD, Vladimir Yakunin, afirmó que para la construcción de la línea se utilizaría un modelo de contrato denominado Gestión del Ciclo de Vida, siendo el primero que promovería RZD y para uno de los proyectos de mayor envergadura de Rusia. Se crearía una empresa público-privada para financiar, construir y gestionar la línea, que recuperaría su inversión a través de cánones de acceso a la vía o pagos por disponibilidad del servicio.

Coste-beneficio

Yakunin afirmó que la utilización de dicho contrato y la adopción de estándares europeos reducirían el coste total de la línea entre un 20 y un 40 por ciento. La financiación internacional representaría un 50 por ciento del coste total. Además, el modelo ayudaría a reducir los riesgos técnicos y ofrecería incentivos para garantizar que el proyecto se concluya según el calendario previsto y con un alto nivel de calidad.

La nueva línea transportaría del orden de catorce millones de viajeros anuales. Incluidos los “efectos sociales”, RZD estima que el beneficio neto acumulado alcanzaría los cuatrocientos millones de euros, lo que supone un ratio coste-beneficio de 2:1.