(31/01/2022) replica watches

El informe señala que la pandemia ha acelerado tendencias básicas existentes, como las preocupaciones ambientales, el apoyo público a la infraestructura y el teletrabajo y que, a largo plazo, más allá del período de recuperación post-Covid, el contexto ha de considerarse como una oportunidad para el transporte ferroviario, siempre que se desarrollen estrategias nuevas o adaptadas sin demora. 

Corto plazo

Se espera que los viajeros recuperen la confianza en el transporte público  en los próximos años y que los viajes de placer se recuperen rápidamente a partir de 2022. Por otro lado, una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la salud, la recuperación de los viajes de negocios será más gradual y, en última instancia, volverá a un nivel inferior al de 2019.

La tendencia subyacente de teletrabajar, fuertemente acelerada por Covid-19, no augura un buen retorno a los viajes de negocios "normales" a corto plazo. El tiempo requerido para llegar a la "nueva normalidad" variará según la región, los niveles de vacunación y la implementación de cuarentenas para los viajeros extranjeros.

Financiación pública 

En cuanto a la financiación pública, lejos de ponerse en duda, se ha consolidado con la puesta en marcha de nuevos programas para compensar la reducción del tráfico en 2020 y 2021 y para invertir en capacidad ferroviaria futura, especialmente para anticipar las necesidades de movilidad, fomentar el cambio de otros modos al ferrocarril y apoyar la actividad económica.

El informe indica que las preocupaciones medioambientales y sociales de los consumidores tendrán efectos en la movilidad en todo el mundo, con un impacto positivo en el transporte ferroviario. Los servicios ferroviarios se desarrollarán frente al transporte aéreo con un mayor número de trenes nocturnos y de alta velocidad. En las áreas urbanas, el transporte público y los servicios de movilidad blanda continuarán desarrollándose, reemplazando gradualmente los viajes urbanos en automóvil privado.

Alta velocidad

La pandemia ha reducido los vuelos y aumentado el interés por ampliar y modernizar la infraestructura de alta velocidad. En este sentido, se puede esperar un aumento de líneas de alta velocidad en todo el mundo para atender a la demanda global de movilidad. Agregar estas líneas a los sistemas de transporte nacionales o locales multiplicará las opciones de transporte para los ciudadanos. Por otro lado, el desarrollo ferroviario de alta velocidad sigue viéndose obstaculizado por sus altos costes, entre 9 y 22 millones de euros por kilómetro.

El informe insta a aprovechar este entorno favorable para aprender una serie de lecciones que contribuyan a anclar el transporte ferroviario en el núcleo de la movilidad futura: las dificultades en los sectores de carretera y aéreo; el refuerzo de la competitividad del ferrocarril y el aumento de su cuota modal mejorando y abaratando un servicio que ha de ser, cada día, más sostenible.