Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Linares, la gran puerta ferroviaria de Andalucía

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La ciudad jienense llegó a contar con siete estaciones de ferrocarril

Hasta Abril de 1992, Linares ha sido la puerta grande para el ferrocarril andaluz. La línea procedente de la meseta se abría en abanico hacia las provincias andaluzas al tiempo que una importante red local convertían a esta comarca en una de las más densamente tramadas por ferrocarriles de toda España.


(20/09/2005) Linares no es Linares, que es un segundo Madrid. ¿Quién no ha visto por Linares pasar el Ferrocarril?", Este dicho popular linarense no era ni mucho menos gratuito, la ciudad servía como punto de referencia a una tupida malla de ferrocarriles que hacían difícil no despertarse con el resoplar de locomotoras o no cruzarse con vías férreas.

Antigua

Hasta 7 estaciones llegó a tener esta ciudad, de las que sólo una ha llegado en servicio hasta nuestros días. La geografía fue pródiga con los linarenses y, al tiempo de contar con un enclave señero, su subsuelo escondía importantes yacimientos de plomo y plata. Esta minería alcanzó su máxima cota de actividad en el siglo XIX, época del auge de los ferrocarriles. Estos esplendorores paralelos tuvieron también un ocaso solidario, siendo actualmente unos referentes históricos que han dejado una huella casi indeleble en el paisaje y en el ser local.
Es en 1874 cuando los primeros raíles llegan a Linares de la mano de MZA quien los puso en su afán de unir la capital del reino con Andalucía Occidental. Así, pasado Despeñaperros, las vías seguían el curso del Guadalimar hasta desembocar en el Guadalquivir a la altura de Espeluy, no dejando ya la margen del río hasta Sevilla.
Así encontramos la primera gran estación de la zona, Linares- Baeza, única en servicio hoy. Su nombre durante muchos años fue "Baeza", ya que Linares contó al poco tiempo con estación propia en la ciudad (la anterior dista unos 5 km), también fruto del ardor de los herederos del Marqués de Salamanca.
En 1879 se inauguraba un ramal desde Vadollano (colateral de la anterior) hasta la estación del mismo nombre en los arrabales de la ciudad. También conocida ahora como Paseo de Linarejos, un soberbio edificio, inaugurado en los años 20 en sustitución del modesto de origen, ve detenerse los trenes que tras un recorrido en ascenso de 9 kms., en tren hasta la misma ciudad. Esta estación prestó servicio hasta 1985. Afortunadamente, todas las instalaciones se han preservado y las vías incluso permanecen bajo una capa de tierra en lo que es hoy el recinto ferial, que acoge, además, los ensayos de la banda local.
Esta estación, al tiempo que terminal de viajeros y mercancías procedentes de la línea general de MZA, era origen de un ramal a las minas de Los Salidos y otras cercanas, inaugurado en 1879 y que también fue clausurado en 1985.
En 1893 otra importante compañía ferroviaria, la de Andaluces escoge a Linares como punto final de la línea que nacía en los cambios de Camporreal. La línea, llamada "del aceite", atravesaba Jaén de lado a lado, pasando por la capi- tal y por Espeluy. Desde aquí iniciaba una remontada de 22 kms pasando por la estación de Bailén hasta morir en la hoy perdida estación de Linares-Zarzuela. Este ferrocarril tuvo una fortuna adversa. Primero se cerró el tramo entre Espeluy y Linares, y en 1985 el gran tramo entre Camporreal y Jaén, teniendo un muy mermado servicio el tramo que hoy queda en explotación.
En 1899, los Ferrocarriles del Sur de España (The Great Southem Spanish Railway) escoge a Linares como punto de arranque de un ferrocarril que permitiera continuidad de viaje a las personas que procedentes de allende Despeñaperros quisieran. acercarse hacia tierras granadinas y almerienses. Así, la actual Linares-Baeza pasó a llamarse Baeza-Empalme. Pero los constructores, no contentos con este empalme y viendo que las demás empresas llegaron con sus carriles hasta la misma ciudad iniciaron la labor de construcción del más duro trazado de acceso a la ciudad. Es así que en el año 1904 se inaugura el ramal a la estación de Linares-San José (más conocida Estaci6r como la estación de Almería).
La dura rampa obligó a un trazado muy largo y sinuoso, lo que a la larga significó la ruina del ramal, ya que el tiempo de recorrido para viajeros de subida era de más de media hora, frente a tiempos inferiores a la mitad para otros medios. Los años cincuenta supusieron el fin del suplicio para las locomotoras de vapor condenadas a la ascensión de este Monte Calvario ferroviario de Linares.

Vía Estrecha

Pero al margen de estos ferrocarriles, y al calor de la riqueza minera de la zona surgió una densa malla ferroviaria de líneas de vía estrecha, de carácter local y minero que sobrevivieron hasta los años 60.
Eran conocidos como los "tranvías", y surgen a principios de siglo, en 1904 las primeras líneas. Una de ellas, de tracción eléctrica y explotación tranviaria clásica, iba desde Linares a la Estación. de Baeza. Con un recorrido más corto y más veloz debido a la tracción eléctrica, fue: la que hipotecó el futuro del ramal del Sur a la Estación de Almeria.
Al mismo tiempo, se puso en marcha otra línea muy distinta. Esta surgía en una estación aledaña a la de Andaluces y se dirigía a la cercana, 29 kms., localidad de La Carolina pasando por las minas de La Tortilla en una estación conjunta con Andaluces, la mina de Los Salidos y otras pequeñas minas. En su ascenso llevaba traviesas para entibar las minas y carbón para alimentar las máquinas de ventilación de las galería y los motores de las cabrias (grúas de las minas) y en el descenso acarreaba minerales que transbordaba a las otras empresas ferroviarias en Linares. En esta línea se explotaba un servicio diario de viajeros con un tren mixto con un solo coche de viajeros y, en fechas especiales, se fletaban largos convoyes de coches repletos de viajeros que acudían a las fiestas locales de Linares. Construida con capital belga, estuvo en servicio hasta su cierre en 1955, una víctima más del declive minero de la comarca.
Ese mismo año se inauguró otro tranvía de características bien distintas, el "tranvía minero", que recorría la comarca minera (en las proximidades del ramal de MZA a Los Salidos). El rasgo especial de esta línea era su carácter de tren obrero, destinado a llevar a los mineros desde Linares hasta las distintas minas, evitándoles los largos recorridos a pie desde la ciudad. No prestaba por lo tanto servicios regulares de pasajeros ni mercancías de tipo convencional.
EstaciónLa última gran línea de vía estrecha de la zona es conocida por los lugareños como el "Tranvía de La Loma". Desde la estación de Baeza se aventuraba hacia levante, buscando las pujantes localidades de Úbeda y Baeza. Este tranvía efectuaba un recorrido común hasta la estación de La Yedra, desde donde se bifurcaba hacia las dos localidades referidas más arriba. Con características de ferrocarril convencional, para transporte de viajeros y con tracción eléctrica, tenía la estación de origen aledaña a la de Linares-Baeza. Para acceder a ella tenía que efectuar un gran rodeo. Con el fin de evitar esto se construyó una nueva estación subterránea bajo la estación de vía ancha, conocida en la zona como el "metro" de Linares. Con apariencia de estación de metropolitano, nunca llegó a entrar en servicio por problemas de gálibo de la caverna. Esta estación hubiera facilitado el enlace con el tranvía que provenía de Linares. Su último destino conocido fue el de criadero de champiñones. La línea de la Loma también construyó un ramal al pueblo de Ibros, pero también la falta de gálibo en un túnel imposibilitó la puesta en servicio del ramal. Explotado por el Estado desde 1936, fue cerrado definitivamente al servicio en 1966, aunque los carriles permanecieron colocados hasta hace apenas 10 años.
Otro último proyecto fallido pudo haber consagrado la importancia ferroviaria de Linares. Me refiero al nonato ferrocarril Baeza-Utiel. Desde Albacete se realizó todo el trazado, con túneles, viaductos, estaciones, e incluso vía tendida con circulaciones de pruebas en algunos tramos. La estación de Linares-Baeza era el fin previsto para esta línea. Para facilitar el acceso de los trenes en sentido Andalucía, la vía efectuaba un gran arco en tomo a la estación para situar el enlace con la línea general en el lado Madrid de la estación, evitando así las maniobras de enganche y desenganche para el cambio de sentido de marcha. Todo esto como es sabido se malogró y hoy nos queda como mudo testimonio un impresionante viaducto en curva sobre el río Guadalimar que nunca ha soportado el peso de un tren.
Queda hoy la estación de Linares- Baeza, venida a menos desde la apertura de la línea AVE y testigo de las sombras que se ciernen sobre la línea que desde allí se dirige hasta Moreda, y aún se conserva en perfecto estado la estación de Linarejos, siendo utilizada por el Ayuntamiento para actividades culturales. Este balance es menos optimista para la estación de San José o de Almería, de la que solo resta el esqueleto del edificio, abandonado y convertido en escombrera local, en espera de un destino más digno, merecido por su belleza. Del resto de las estaciones sólo quedan los recuerdos de las gentes. Entre ellas los de Don Juan Sánchez Caballero, Cronista de la Villa, auténtica memoria viva del devenir de Linares y magnífico colaborador para la realización de este artículo.